El reino de Dios, ¿cuándo comenzó a reinar Cristo?

En todo el Antiguo Testamento no encontramos ninguna proclamación del reino de Dios. Aunque si encontramos algunas citas donde se decía que los reyes de Israel se sentaban en el trono de Jehová (1 Cró 28:5; 2 Cró 13:8). También ocasionalmente se presenta a Jehová como rey de la tierra (Sal 22:28; 47:2; 93:1; 96:10; 146:10; Zac 14:9). Pero no se deja ninguna duda en estas Escrituras que él gobierna desde los cielos (Sal 103: 19; Isa 66:1).

En el Nuevo Testamento es muy diferente con relación al tema del reino. Seguramente bajo inspiración divina, Juan el Bautista fue el primero en anunciar el reino de Dios (Mat 3:1,2). Esta proclamación continuo a través de Jesús y sus 12 apóstoles (Mat 4:17, 23; 10:7). Del reino se habló usando diferentes términos, como el reino de los cielos, el reino de Dios o simplemente el reino. También Jesús hizo referencia a mi reino, a el reino de mi Padre y al reino de Cristo (Mat 16:28; 20:21; 26:29; Jn 18:36). Es significativo que la expresión el reino se ha acercado se dejo de usar cuando Jesús ascendió a los cielos. Después, el resto de los escritores bíblicos lo llamaron unas 14 veces, el reino de Dios, y una vez cada una; el reino del Hijo de su amor, el reino celestial y el reino eterno (Efe 5:5; Col 1:13; 2 Ped 1:11).

Hoy día, en el pensamiento cristiano, el reino de Dios se agrupa en diferentes conceptos, esto se determina por la interpretación de cada denominación religiosa. Unos creen que es un gobierno real con sede en los cielos, otros lo conciben como un sentimiento de conversión en el corazón de cada creyente y otros que es la iglesia. También están los que creen en un reino de gracia en el presente y otro de gloria en el futuro. Están los milenaristas, entre quienes están los testigos de Jehová. Estos aseguran que Cristo volverá para reinar sobre toda la tierra por mil años. Pero aquí no se estará considerando qué es el reino de Dios, más bien veremos si la Biblia nos indica cuándo comenzó el reino de Cristo. Los testigos de Jehová creen y enseñan que fue en 1914. Supuestamente su fuente para tal aseveración es la Biblia y veremos si es cierto.

Pero lo primero que tengo que traer a consideración, es que no siempre la fecha de 1914 fue considerada por la Watchtower como el tiempo del reinado de Cristo. Durante los primeros 50 años de su existencia, es decir hasta 1930 la doctrina era diferente a como se acepta hoy día. Es sabido por sus publicaciones, que para Charles T. Russell y los primeros 14 años de Joseph F. Rutherford las fechas proféticas para ellos fueron entre otras,  1799, 1874, 1878 y 1914. Todas ellas, presuntamente basadas en profecías bíblicas y pruebas externas irrefutables. Pero ninguna de ellas se enseñan hoy de la manera que lo hacían entonces.

ENSEÑANZAS DEL REINO ANTES DE 1930

1799 Comienzo del tiempo fin. Antes de 1930 Rutherford al igual que Russell creían que la profecía de Daniel 11:40-44 y Daniel 12: 5-7 se cumplió en 1799.  En el libro El Arpa de Dios publicado en 1930 en español, en la página 229 párrafo 395, 397 dice: 395-“EL cumplimiento de esta profecía fija el comienzo de «el tiempo del fin,» puesto que la profecía lo dice definidamente. La campaña de Napoleón Bonaparte fue un claro cumplimiento de esta profecía, como se demuestra al examinar los hechos históricos relacionados con algunas de sus campañas. El «rey del sur» que se menciona en la. profecía, se refiere a Egipto; el «rey del norte» se refiere a la Gran Bretaña, la que fue parte integrante del imperio romano. Napoleón estuvo en Egipto combatiendo los ejércitos egipcios que eran comandados por Murat Bey, a quien él derrotó. Su victoria no solamente causó mucho terror a los egipcios sino también motivó el que muchas tribus en África y en Asia se sometieran al gran conquistador. Mientras él se ocupaba en esto, los ingleses, al norte, comandados por el almirante Nelson, con bastante buen éxito atacaron las fuerzas de Napoleón en el mar. Napoleón comenzó su campaña egipcia en 1798, la terminó y volvió a Francia en octubre 1, 1799. Esa campaña se encuentra breve pero gráficamente descrita en los versos 40 al 44 de la profecía. Puesto que se completó en 1799, allí se marca el »tiempo del fin,» de acuerdo con las mismas palabras del Profeta”.

397-“Al profeta Daniel le fue dada una visión de los sucesos que vendrían en seguida, pero no le fue posible entenderla; él dice: «Entonces, yo Daniel miré, y he aquí a otros dos que estaban en pie, el uno de esta parte a la ribera del río, y el otro de aquella parte a la ribera del río. Y dijo uno de ellos al varón que traía las vestiduras de lino blanco, que estaba en pie sobre las aguas del río, cuando levantando su mano diestra y su siniestra hacia el cielo, juró por aquel que vive eternamente que será para un tiempo, dos tiempos, y la mitad de otro.» (Daniel 12: 5-7). En los simbolismos de la Biblia, un tiempo significa un año o doce meses de treinta días cada uno, o sea 360 días. Cada día se considera como un año, según dice el Profeta: «Un día por cada año te he señalado.»(Ezequiel 4: 6). Como vimos, aquí se mencionan tres tiempos y medio de 360 días proféticos cada uno, o sea un total de 1260 días proféticos, equivaliendo a 1260 años. Al Profeta se le mostró después que el final del período de mil doscientos sesenta años marcaría el comienzo del tiempo del fin de este orden bestial. Mil doscientos sesenta años desde el año 539 E. C., nos traen hasta 1799. Esta es otra prueba de que el año de 1799 marca definitivamente el comienzo de «el tiempo del fin.» Esto también muestra que es desde la fecha 539 E. C. de donde deben contarse los otros días proféticos de que habla Daniel”.

Todavía en 1930, Rutherford promovía la misma enseñanza  de Russell de que el año 1799 era el principio del fin. Aseguraba que la profecía lo decía definitivamente. Estaba convencido que la campaña de Napoleón estaba descrita gráficamente en Daniel 11:40-44. Para Rutherford y su antecesor, si se contaban los tres tiempos y medio de Daniel 12:5-7 desde 539 E.C. terminaban justamente en 1799. La fecha de 539 E.C. para los que no lo saben, se consideraba como el comienzo de la dominación papal y la fecha de inicio de muchas interpretaciones proféticas. Se creía que esa dominación papal concluyó en 1799 cuando Napoleón tomó prisionero al Papa y lo llevó a Francia.

1874 – Segunda presencia de Cristo. El libro La Creación de 1929 pág. 116 dice: “La segunda presencia de Cristo data desde 1874. Desde ese tiempo en adelante muchas de las verdades que habían sido por mucho tiempo oscurecidas por el enemigo comenzaron a ser restauradas a los cristianos sinceros”. Así como Guillermo Tyndall fue usado para traer la Biblia al mundo inglés, de igual manera Dios usó a Charles T. Russell para hacer entender a la gente la Biblia, especialmente las verdades que habían sido quitadas por las maquinaciones de Satanás y sus agencias. Siendo el debido tiempo para ello Dios restauró esas verdades, y para ello usó a Carlos T. Russell para que … Es irónico que Dios haya usado a Charles T. Russell, para restaurar verdades que el Diablo había quitado. “Verdades”  que fueron quitadas nuevamente, pero ahora por sucesores de Russell unas décadas más tarde.

En el libro El Arpa de Dios pág. 231 párr. 398 y 425 dice: “Daniel dice: «Bienaventurado aquel que espere y alcance a mil trecientos treinta y cinco [1335] días.» (Daniel 12:12). Los vigilantes o veladores a que aquí se alude, sin duda alguna son aquellos a quienes el Señor ha encargado que velen por su retorno. Por lo tanto, una vez que se entienda esta fecha sin duda fijará la fecha o tiempo en que el Señor debe aparecer por segunda vez. Aplicando la misma regla de un día por un año, 1335 años después del 539 nos traen hasta el año de 1874 E. C., a cuyo tiempo, de acuerdo con la Cronología. Bíblica, es la fecha para la segunda presencia del Señor”. “…La gran tarea de la siega, o sea la proclamación de la segunda presencia del Señor y la junta de los que verdaderamente aman su aparecimiento, ha sido tan asombrosamente cumplida desde 1874 que es una de las pruebas más innegables y concluyentes de la segunda presencia del Señor”.

En la página 235, 236 párrafo 410 Rutherford alista las evidencias de la presencia de cristo en 1874, dice: “Fue en el año de 1874, la fecha de la segunda venida del Señor, cuando se formó la primera organización obrera del mundo. Desde entonces en adelante ha habido un maravilloso aumento de luz y los hallazgos, inventos y descubrimientos han sido tan numerosos que no los podemos enumerar, sino solamente mencionaremos, como otra evidencia de la presencia del Señor, algunos de los que se han dado a conocer y han sido puestos en uso desde el año de 1874: Aeroplanos, aluminio, arados de disco, automóviles, bicicletas, cajas registradoras, carburo de silicio, celuloide, cinematógrafo, cirugía antiséptica, dinamita, el Canal de Panamá, el Plan Divino de las Edades, el Polo Norte, el Polo Sur, escaladores, escuelas por correspondencia, ferrocarriles eléctricos, ferrocarriles subterráneos, fonógrafos, gas para alumbrado, gramófonos, inalámbrico, linotipos, máquinas de escribir, máquinas de segar, máquinas de sumar, máquinas para coser zapatos, monotipos, motores de gasolina, motores de inducción, pasterización, pólvora sin humo, radio, rayos de Roentgen, señales para ferrocarriles, separadoras de crema, soldadoras eléctricas, submarinos, teléfonos, tintas artificiales para teñir, etc.

Decía Rutherford que los 1335 días de Daniel 12:12 era una de las pruebas más innegables y concluyentes de la segunda presencia de Cristo en 1874. Pero esta fue abandonada por él mismo poco tiempo después. Me parece irrisorio, el que Rutherford hay alistado como evidencia de la segunda presencia de Cristo la aparición para ese tiempo de los aeroplanos, el aluminio, los arados de disco, automóviles y muchas otras cosas.

Lo innegable y concluyente, es que Dios no le dio la fecha de 1874 a Russell como una verdad a restaurar.  Entonces, ¿de dónde la tomó? En el libro Proclamadores capítulo 5 página 47 está la respuesta: “Barbour logró convencer a Russell de que la presencia invisible de Cristo había comenzado en 1874”. Se refiere al adventista Nelson Barbour de quien Russell recibió esta fecha que luego esparció durante su vida como una “verdad bíblica”.

1878 – Cristo comenzó a reinar. El libro en inglés The Time is At Hand (El tiempo se ha acercado) escrito en 1911 p. 239 dice: “El año 1878 E.C…marca claramente el momento para asumir el poder real como Rey de reyes, por nuestro Señor, presente, espiritual e invisible – …” El Arpa de Dios págs. 245, 246 párr. 430 agrega: “Su presencia comenzó en 1874; desde 1878 en adelante ha estado llevando a cabo su tarea de siega, sin interrumpir el dominio gentil, basta que toque a su fin. Por lo tanto, el final del dominio gentil marca indudablemente el fin del presente mundo u orden de cosas, y 1914 es el comienzo de ese fin. El Señor indicó claramente que esto ocurriría durante el tiempo de su presencia”.

El libro Proclamadores cap. 28 pág. 632 dice sobre 1878: “Así mismo, partiendo de la premisa de que los sucesos del siglo I podían tener su paralelo en sucesos relacionados de tiempos posteriores, concluyeron que si el bautismo y el ungimiento de Jesús en el otoño de 29 E.C. correspondían con el inicio de su presencia invisible en 1874, entonces el que él entrara cabalgando como Rey en Jerusalén en la primavera de 33 E.C. indicaría que Jesús asumiría el poder como Rey celestial en la primavera de 1878*”. —Vea la nota.[1]

Para Russell y Rutherford, 1878  —no 1914— era el año marcado claramente para que Cristo llegara a ser rey. Es muy evidente que todavía para ese tiempo él mantenía las ideas adventistas aprendidas de Jonas Wendell, ideas que mantuvo durante el tiempo que se asoció con el también adventista Nelson Barbour. Russell llegó a ser el coeditor y financista del Herald of the Morning, una revista creada por Barbour. Juntos escribieron en 1877 el folleto The Object and Manner of Our Lord’s Return (El objeto y manera de la vuelta del Señor), que se publicó en 1877. En 1879 rompieron su relación (Proclamadores cap. 5 pág. 47).

1914–Fin del mundo. Se pensaba que 1914 traería el fin del mundo. La revista Zion’s Watch Tower January 15 1892 p. 23 explicó: La fecha de cierre de esa “batalla” está definitivamente marcada en las Escrituras como octubre de 1914. Ya está en progreso, su inicio data de octubre de 1874. Hasta ahora, ha sido principalmente una batalla de palabras y un tiempo de organización de fuerzas”.

Dos años más tarde, ante las dudas que algunos miembros tenían con relación al fin en 1914, Russell escribió en The Zion’s Watch Tower 1894 July 15 p. 226 lo siguiente: “Ahora, en vista de los problemas recientes de los obreros y que la anarquía está amenazando con venir, nuestros lectores están preguntándose si tal vez hay un error en cuanto a la fecha de 1914… No vemos ninguna razón para cambiar los números, ni podemos cambiarlos si viéramos razones para cambiarlos. Creemos que son las fechas de Dios, no las nuestras. Pero tengan en mente que el fin de 1914 no es la fecha del comienzo, sino del fin de la gran tribulación. No vemos ninguna razón para cambiar nuestra opinión expresada en WATCH TOWER del 15 de enero de ’92. Aconsejamos que se lea de nuevo”.

Para Russell, Octubre de 1914 era un año marcado por la Biblia para la batalla. Esa fecha no podía ser cambiada porque según él, era una fecha de Dios. La realidad es que todas estas fechas y otras doctrinas de Russell las tomó de los adventistas, de quienes se sentía endeudado.[2] Por lo menos hasta 1930 todas estas fechas estaban vigentes bajo la presidencia de Rutherford (El Arpa de Dios págs 245, 246 párr. 430). Después de ese año, paulatinamente las fechas de 1799, 1874 y 1878 fueron asignadas todas a 1914. El año 1914 llegó a ser el comienzo de los últimos días y el reinado de Cristo. El fin del mundo se dejó para cumplirse antes que pasara la generación de 1914. Con el tiempo, todas aquellas fechas que Russell afirmaba que eran de Dios y no podían ser cambiadas por el hombre desaparecieron de las doctrinas de los testigos de Jehová.

Es cierto lo que piensan algunos testigos de Jehová cuando se trae a colación estas falsas  enseñanzas. Que como humanos se equivocaron. Es verdad y es comprensible las equivocaciones humanas, todos nos equivocamos hasta muchas veces. Pero no hay excusa para los que dirigen la organización Watchtower. La razón la encontramos en la Atalaya 1/11/57  págs. 658,659 párrs. 6, 7 donde ellos alegan lo siguiente: Jehová ha establecido un conducto de comunicación muy definido por medio del cual él trata con su pueblo. …Es vital que apreciemos este hecho y respondamos a las instrucciones del «esclavo» como lo haríamos al oír la voz de Dios, porque es Su provisión. Presuntuosamente se han autoproclamado el conducto de Dios. Al alegar que lo que ellos dicen es como oír la voz de Dios, lo hacen culpables de mentir y deshonrar un Dios que no miente ni se equivoca (Tito 1:2). No solo han mentido en sus doctrinas, también han engañado a su gente al manipular deshonestamente su propia historia con relación a la doctrina de 1914. Sus publicaciones son evidencias de ese engaño como veremos a continuación.

MANIPULACIÓN DESHONESTA

Tengamos presente que el año 1799 se consideraba el comienzo del tiempo del fin. El 1874 la segunda presencia invisible de Cristo, 1878 el comienzo de su reinado y 1914 el fin del mundo. Y que a partir de 1930 todos los acontecimientos de estas fechas se trasladaron para el año 1914. Observe lo que manifiesta las siguientes publicaciones.

En la Atalaya en inglés (The Watchtower) del 15/6/54 p. 370 párr. 4 dice: “¿Por qué, entonces, no se dan cuenta las naciones y aceptan la llegada del clímax de este juicio? Es porque no han hecho caso al anuncio mundial del regreso del Cristo y de su segunda Presencia. Desde mucho antes de la Primera Guerra Mundial, los testigos de Jehová vieron hacia el año 1914 como el tiempo en el que este gran evento ocurriría.” 

En la Atalaya 15/7/66 pág. 423 escribieron: “Compare esto con lo que ha sucedido desde el año 1914. Por más de treinta años antes de esa fecha y por medio siglo desde entonces, los testigos de Jehová han señalado el año 1914 como el tiempo para el ‘fin de “los tiempos señalados de las naciones” y el tiempo en que Cristo comenzaría su dominio del Reino”. 

La ¡Despertad! 8/5/73 pág. 8 mencionó lo siguiente: “…los testigos de Jehová señalaron hacia el año 1914, con décadas de anticipación, como el año que marcaría el comienzo de “la conclusión del sistema de cosas.”

Y en la Atalaya 15/9/98 pág. 15 párr. 1 se escribió:  “… una profecía hizo que de manera providencial los estudiantes sinceros de la Biblia del siglo XIX estuvieran a la expectativa. Estos relacionaron los “siete tiempos” de la profecía de Daniel 4:25 con “los tiempos de los gentiles” y previeron que Cristo recibiría el poder del Reino en 1914″ 

Por último, en el libro La vida… ¿cómo se presentó aquí? ¿Por evolución, o por creación?  cap. 18 pág. 229 párr. 32, la Watchtower afirmó falsamente: Décadas antes de aquella fecha había una organización compuesta de personas que estaban dando a conocer el significado e importancia de 1914. El periódico World de Nueva York del 30 de agosto de 1914 explica: “El tremendo estallido de guerra en Europa ha cumplido una profecía extraordinaria. Durante la pasada cuarta parte de un siglo, por medio de predicadores y por medio de la prensa, los ‘Estudiantes Internacionales de la Biblia’ [los testigos de Jehová] […] han estado proclamando al mundo que el Día de la Ira profetizado en la Biblia amanecería en 1914. ‘¡Tenga cuidado con 1914!’ ha sido el lema de los […] evangelizadores”.

En la Atalaya del 15 de diciembre de 1971 pág. 756 párrs. 6-7 escribieron otra falsedad. «Durante la cuarta parte del siglo pasado, por medio de predicadores y por medio de la prensa, los ‘Estudiantes Internacionales de la Biblia’ . . . han estado proclamando al mundo que el Día de la Ira profetizado en la Biblia amanecería en 1914. ‘¡Tengan cuidado con 1914!’ ha sido el lema de los . . . evangelizadores.” ¿Cómo pudieron los testigos de Jehová haber conocido con tanta anticipación lo que los líderes mundiales mismos no sabían? Solo porque el espíritu santo de Dios les dio a conocer estas verdades proféticas».

¿Cómo pueden decir sin ningún pudor que por más de 30 años antes, o con décadas de anticipación, los testigos de Jehová señalaron hacia el año 1914 como el comienzo del tiempo del fin y del reinado de Cristo? ¿Cómo pueden alegar que el espíritu santo les dio a conocer estas verdades proféticas? Todas aquellas fechas sin excepción resultaron falsas. De acuerdo a los hechos, ¿qué credibilidad puede tener una organización religiosa cuando sus “verdades” en un tiempo, resultaron ser falsas más tarde? En vista de su largo historial de equivocaciones y falsedades, ¿qué garantía pueden dar que sus “verdades actuales” no resultarán mentiras mañana? ¿Cuánta confianza podemos tener en su doctrina donde alegan que Cristo comenzó a reinar en 1914? ¿De dónde han salido todas estas ideas?

MODELOS PROFÉTICOS

Desde el mismo principio de su fundación, la Watchtower ha adoptado y creado doctrinas en base a supuestos modelos proféticos. La doctrina de 1914 no es una excepción. En sus publicaciones muestran que esta doctrina viene principalmente de un “sueño profético” que aparece en Daniel capítulo cuatro. Para evaluar con la Biblia si el sueño es realmente profético, sería imparcial que se haga en base a las normas de la Watchtower.

En la Atalaya 15/3/15 pág. 18  aparece el más reciente entendimiento de cómo evaluar estos modelos proféticos.    Después de ridiculizar los tipos y antitipos que otros —fuera de la Watchtower— creían, pasan a decir lo siguiente: «¿Cómo le suenan estas explicaciones? ¿Verdad que son difíciles de creer? Entonces, ¿cómo podemos saber si un relato de la Biblia es un modelo de algo que ocurrirá en el futuro? El método más sabio es el siguiente: si la Biblia dice que una persona, un acontecimiento o un objeto tiene cumplimiento profético, lo aceptamos. Pero si no lo dice, no tenemos razones para buscar tipos y antitipos en las historias bíblicas».

Posiblemente todos sabemos qué son los “tipos y antitipos” en la Biblia. Pero no está de más repasarlo brevemente. El “tipo” puede ser personas o cosas del Antiguo Testamento que tiene una aplicación con personas o cosas semejantes del Nuevo testamento. Es un modelo de alguien o de algo que se duplicará en semejanza a una realidad futura. A esto se le llama un modelo profético. Pero tal como se dice en la Atalaya, esta implicación o conexión profética tiene que decirlo la Biblia misma. Pablo lo llamó una sombra de las cosas por venir (Col 2:17). De modo que nada se debe definir como profético por el capricho o la voluntad del interprete. Un ejemplo de un modelo profético declarado por la Biblia misma está en Hebreos 9:24 “Porque Cristo entró, no en un lugar santo hecho de manos, el cual es copia de la realidad, sino en el cielo mismo, para comparecer ahora delante de la persona de Dios a favor de nosotros” (Heb 9:7-12, 23). Es muy notable que desde las primeras publicaciones de la Watchtower, han aparecido “modelos proféticos” con dobles y hasta triples cumplimientos.[3] Debo decir que personalmente no he podido encontrar un solo caso en la Biblia.

Antes de pasar a considerar el sueño que se le dio a Nabucodonosor, rey de Babilonia, sería practico leerlo antes para tener un cuadro completo de lo que realmente dice o quiere decir. Este se encuentra en Daniel 4:10-37. En mi opinión, considero que este es uno de los relatos más claros y sencillos de todo el libro de Daniel. No obstante, los testigos de Jehová consideran que es la clave para llegar a 1914 como el tiempo en que Cristo comenzó a reinar.

EL SUEÑO DE NABUCODONOSOR

(El árbol grande)

Solo vamos a investigar dos aspectos del sueño. Los dos se concentra en el árbol, el primero como un árbol grande que llegaba al cielo y que podía verse hasta la extremidad de la tierra. Después este árbol seria reducido a un tronco sujetado con ataduras de hierro y de cobre por siete tiempos.

La Watchtower se vale del hecho de que el árbol grande se viera hasta la extremidad de la tierra para justificar que se refería a la gobernación divina. Así lo manifiestan en la Atalaya 1 septiembre de 2007 pág. 18 párrs. 5-6 que dice: ¿Qué simbolizó el inmenso árbol del sueño de Nabucodonosor? En primer término, el árbol representó a Nabucodonosor en su posición de monarca de una potencia mundial. Sin embargo, como la gobernación se extendía “hasta la extremidad de la tierra”, ese árbol tiene que simbolizar algo mucho mayor. Puesto que Daniel 4:17 relaciona el sueño con la gobernación del “Altísimo” sobre la humanidad, el árbol también representa la soberanía universal de Jehová, y en particular su soberanía sobre la Tierra. Por lo tanto, el sueño tiene dos cumplimientos: uno relacionado con la gobernación de Nabucodonosor y otro relacionado con la soberanía de Jehová.

Cuando Daniel le dijo al rey: “ese árbol eres tú, oh, rey”, no dejó ninguna evidencia que mostrara otra aplicación fuera del rey (Dan 4: 22). Por lo que la Watchtower usa el hecho de que el árbol se veía en toda la tierra habitada. Pero ¿es válido este recurso? ¡No! En la Biblia la expresión hasta la extremidad de la tierra no tiene el mismo significado que tiene hoy. Tampoco otras expresiones similares como son “toda la tierra habitada”, toda la tierra o “toda la creación que está bajo el cielo” (Mat 24:14; Col 1:23) Todas estas expresiones aparecen en la Biblia para referirse al mundo conocido entonces, pero especialmente se usaba para señalar a toda la tierra bajo el imperio en turno y no a todo el planeta.

Veamos algunos ejemplos. En el libro de Daniel aparecen dos decretos, uno por orden de Nabucodonosor y otro por el rey Darío. El primero aparece en Daniel 4:1 y dice: “Del rey Nabucodonosor a gente de todo pueblo, nación e idioma que vive en toda la tierra: ¡Que su paz sea abundante!”. El segundo decreto decía: “Entonces fue cuando Darío el rey mismo escribió a todos los pueblos, los grupos nacionales y las lenguas que moran en toda la tierra: “¡Aumente muchísimo la paz de ustedes!” (Dan 6:25). En el mapa adjunto, podemos observar que tanto el imperio babilónico como el persa solo abarcaba una pequeña porción del planeta. Esto indica que, el que se viera el árbol “hasta la extremidad de la tierra”, solo podía referirse a la tierra bajo el imperio de Babilonia. De igual manera debe entenderse los decretos.Ashampoo_Snap_Monday, January 18, 2021_23h36m06s_027_

Veamos otro ejemplo similar, pero bajo el emperador romano César Augusto. Lucas 2:1 TNM 1987 dice: “Ahora bien, en aquellos días salió un decreto de César Augusto de que se inscribiera toda la tierra habitada. Ahora observemos como lo vierte la TNM 2019 “En aquellos días, César Augusto emitió un decreto para que toda la población se registrara”. Otras versiones de la Biblia lo traducen como un “censo en todo el imperio”.

¿Desconocía este hecho el escritor del artículo de la Atalaya de septiembre de 2007? No, porque en el en el libro Equipado para toda buena obra, publicado por la Watchtower en 1950, en la página 108 se puede ver un mapa marcando el territorio de lo que se entendía como la antigua tierra habitada. Evidentemente el escritor de la Atalaya cambió el verdadero significado de la expresión.La Antigua tierra Habitada

Por otro lado, es difícil entender, que Jehová haya escogido a un rey pagano, fanático adorador del dios Marduk y enconado enemigo del pueblo de Israel para representar su soberanía. Si él hubiera querido un cuadro profético de su soberanía en relación con la línea real de David, lo lógico es que hubiera escogido a un rey de ese linaje davídico. Es fácil ver la irracionalidad de la interpretación de la Watchtower cuando leemos lo que dice Daniel 4:31, allí dice: “Mientras el rey todavía tenía estas palabras en la boca, se oyó una voz de los cielos que dijo: “Oh, rey Nabucodonosor, a ti se te dice: ‘El reino se te ha quitado’”. En todo el relato, no encontramos la manera de conectar alguna parte del sueño con el cortar el reino davídico. Pero queda claro que fue a Nabucodonosor al único que le fue quitado su reino por siete tiempos. ¿Cuál fue la duración de estos siete tiempos?

LOS SIETE TIEMPOS

Daniel menciona cuatro veces los siete tiempos en su relato, pero solo con relación a la condición de locura del rey (Dan 4:16, 23, 24, 32). De modo que nadie puede saber con exactitud su duración porque Daniel no lo dice. Y llama la atención que Daniel vuelve a mencionar sucesos que ocurrirán con medidas de tiempos similares. En Daniel 7:25 y 12:7 habla de “un tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo”, posiblemente sean tres tiempos y medio. Pero deja al lector en completa oscuridad sobre lo que dura cada tiempo.

Es cierto que algunas versiones de la Biblia traducen los siete tiempos como siete años. Se pudiera pensar que efectivamente son años. Pero nos encontramos que Daniel hizo uso del término “años” en  otros sucesos. Por ejemplo, en Daniel 1:5 se dice: “Además, a ellos el rey les señaló una ración diaria de los manjares exquisitos del rey y del vino que él bebía, aun para nutrirlos por tres años, para que al fin de estos estuvieran de pie delante del rey”.

Si para Daniel cada tiempo equivalía a un año, ¿Por qué aquí, en vez de usar tres años no usó tres tiempos, y porque no siete años en vez de siete tiempos en el capítulo cuatro? Como no está claro a qué se refería Daniel,  el traducir años por tiempos ha sido cuestionado por conocedores de la materia. Estos se basan en que la palabra para “tiempo” en el texto original en arameo de Daniel es ‘id-dán, que significa “tiempo, periodo, estación” (no años) y puede referirse a cualquier periodo fijo y definido de tiempo. Esto hace que haya diferentes interpretaciones sobre el tiempo real que significó los siete tiempos. Algunos lo aplican a siete estaciones que serían 3 años y medio y otros a siete meses. Comentando sobre Daniel 4:33, Jamieson, Fausset, Brown dice: “Se lee que una inscripción en el Museo de la Compañía de las Indias Orientales describe el período de la locura de Nabucodonosor [G.V.Smith]. En la llamada inscripción estándar leída por Sir H. Rawlinson, Nabucodonosor relata que durante cuatro (?) años dejó de trazar edificios, o de amueblar con las víctimas el altar de Merodach, o de limpiar los canales para irrigación”. Sin embargo, no existe nada en la Biblia que sugiera ni una cosa o la otra.

Aun con este antecedente, los testigos de Jehová entre otros grupos religiosos consideran que fueron siete años y proféticos. Afirman que los siete años duraban 360 días cada uno. Por lo que el cumplimiento profético acontecería al terminar los 2.520 años. En el caso particular de los testigos de Jehová, los siete tiempos literales de Daniel lo convierten en siete tiempos simbólicos. Comienzan a contar a partir de 607 a.E.C. cuando supuestamente los babilonios destruyeron a Jerusalén, fecha que no es apoyada por ninguna fuente secular.[4] The Universal Jewish Encyclopedia (La Enciclopedia Judía Universal volumen 4 página 68) dice que la destrucción del templo fue un domingo 27 de agosto de 587 B.C., el mismo año en que Sedequías el último rey de Juda fue derrotado.

La forma en cómo ven los testigos de Jehová los siete tiempos es explicado en la Atalaya 1 septiembre del 2007 pág. 17-pág. 20 párr. 10: ¿Cuánto duraron los “siete tiempos”? Estos “siete tiempos” deben ser más que solo siete días de veinticuatro horas, pues los cambios que sufrió la apariencia del rey Nabucodonosor no pudieron ocurrir en tan poco tiempo. En el caso de él, los “siete tiempos” duraron siete años de 360 días cada uno, es decir, 2.520 días. Pero en el cumplimiento mayor de esta profecía duran 2.520 años (Ezequiel 4:6, 7). Este período comenzó con la destrucción de Jerusalén en el 607 antes de nuestra era y terminó cuando Jesús fue coronado Rey celestial en el año 1914 (Lucas 21:24). Tal como se ve en el diagrama debajo.Ashampoo_Snap_2019.03.23_21h43m39s_005_

Supongamos que los siete tiempos son siete años, ¿Como los convierten en 2.520 años? Lo hacen cambiando días en años, para eso se valen de dos pasajes bíblicos fuera del contexto de Daniel. Uno de ellos está en Números 14:34 que dice: “Según el número de días que ustedes espiaron la tierra, 40 días, ustedes responderán por sus errores 40 años, un día por un año, un día por un año. Así sabrán lo que significa oponerse a mí”. El segundo es Ezequiel 4:6 “Y tienes que completar ese periodo. “Luego te volverás a acostar, esta vez sobre tu lado derecho, y cargarás con la culpa de la casa de Judá por 40 días. Un día por un año, un día por un año; eso es lo que yo te he impuesto”.

Estos pasajes se han considerado por algunos como una norma o principio bíblico que puede usarse cuando se necesite. Pero no hay nada en la Biblia que pruebe la validez de tal afirmación. En Números 14:34 fue como castigo por la rebeldía del pueblo. Y en Ezequiel 4:4-6 fue una medida de tiempo simbólica para expiar los pecados tanto de Israel como de Judá.

Podemos darnos cuenta de la clara manipulación de los siete tiempos por parte de la Watchtower, cuando traemos a colación otras dos citas —estas sin son proféticas— del libro de Daniel. En Daniel 7:25 y Daniel 12:7 parece referirse a tres tiempos y medio. Sin embargo, la Watchtower no usa el mismo método de  un año por día como lo usa en los siete tiempos. Más bien aplican su cumplimiento a tres años y medio literales.[5]

Por otro lado, llama la atención, que en un sueño anterior que Dios le dio a Nabucodonosor, Daniel lo identificó como profético. Observe lo que dice Daniel 2:28, 45b: “Pero hay un Dios en los cielos que revela los secretos, y él le ha anunciado al rey Nabucodonosor lo que va a suceder en la parte final de los días. 45 El Gran Dios le ha revelado al rey lo que sucederá en el futuro. El sueño es verdadero y su interpretación es digna de confianza”. No hay duda de que este sueño si reúne las características de una profecía, porque se menciona en dos ocasiones que se revelan cosas futuras. Si el sueño del árbol y los siete tiempos fuera profético, ¿Por qué Daniel no lo dejó claro como lo hizo con el sueño anterior?  Ahorra fijémonos Si esto se presenta confuso, más lo es, llamar a los siete tiempos, los tiempos de los gentiles.

LOS TIEMPOS DE LOS GENTILES

Para los testigos de Jehová y muchas otras religiones de la cristiandad, los siete tiempos y los tiempos de los gentiles tienen la misma duración. Al igual que los siete tiempos, los tiempos de los gentiles aparece solo una vez en la Biblia. Estas palabras fueron pronunciadas por Jesús dentro de la gran señal que concluiría con la destrucción de Jerusalén en el siglo primero. Se encuentran en Lucas 21:24 LBLA y dice: “y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan”.

¿Qué sabemos de su cumplimiento? La primera parte de la profecía está bien documentada. En el año 70 E.C. el ejercito romano –compuesto por gentiles– quemó el templo y destruyó la ciudad de Jerusalén. El historiador judío Flavio Josefo, testigo ocular de ese acontecimiento dice que cayeron a filo de espada 1.100.000 judíos y que 97.000 fueron llevados cautivos. Pero con relación a la duración de los tiempos de los gentiles no hay manera de saberlo con certeza, Jesús no lo dijo. Tampoco dijo que ocurriría con Jerusalén al concluir ese tiempo. En consecuencia, el relacionar este tiempo con los siete tiempos de Daniel y fijar su duración en 2.520 años, deberíamos tomarlo como una especulación carente de base bíblica.

En todo caso, si queremos especular con racionalidad y sustento bíblico, tendríamos que ubicar su total cumplimiento en la segunda mitad del primer siglo. Eso es tomando en cuenta que todo el contexto de Lucas 21 que resumido cuando Jesús dijo: “Les aseguro que esta generación de ningún modo desaparecerá hasta que sucedan todas las cosas” (Luc 21:32). Compare con Mateo 24:34; Marcos 13:30. Jesús no hizo una división de tiempo entre los sucesos que profetizó, no dijo que algunos se cumplirían en aquella generación y otros en el futuro. Él claramente dijo que “todas las cosas” sucederán ante que aquella generación –la de su día– desaparezca. Todo esto nos llevaría a concluir, que los judíos serian llevados cautivos a las naciones dentro de los tiempos del imperio romano.

Al sacar fuera del contexto histórico lo que dijo Jesús, los argumentos necesariamente tienen que ser manipulados. Podemos ver un ejemplo en la Atalaya del 1 de noviembre de 1986 páginas 5-6 donde dice lo siguiente: “Al dar su señal, Jesús habló de los “siete tiempos” llamándoles “los tiempos señalados de las naciones”. Él dijo: “Jerusalén será [continuará siendo] hollada por las naciones, hasta que se cumplan los tiempos señalados de las naciones”. (Lucas 21:24.)

La intención de distorsionar el sentido gramatical de las palabras de Lucas 21:24 salta a la vista. Sutilmente tratan de influir en la mente del lector encerrando entre corchetes una aclaratoria de un verbo diferente al que usó Jesús.  En cualquier traducción de la Biblia nos encontraremos que Jesús dijo: Jerusalén “será” —tercera persona del singular del futuro del verbo ser— hollada. Aquí Jesús hablaba de una acción futura sobre Jerusalén, no de algo que ya había sucedido o comenzado.

De cualquier manera 1914 pasó sin que terminara el pisoteo sobre Jerusalén. La manera de la Watchtower salir de este embrollo, fue inventando que Jesús se refería a lo que Jerusalén representó, es decir al gobierno mesiánico que fue instaurado en los cielos en 1914. Este reino celestial ya no estaba siendo pisoteado.[6]

Esta explicación es muy pueril, es como una mutación, que comenzó con una aplicación a la Jerusalén terrestre, pero que termina aplicando a la Jerusalén celestial. Pudiera aceptarse tal cambio si la Biblia lo dijera, pero no lo hace en el caso de Lucas 21:24. Por otro lado, ¿cómo aplicar el pisoteo gentil terrestre a uno celestial? ¿Qué posibilidad pudiera tener cualquier gobierno humano de hollar el reino celestial de Cristo? Por otra parte, ¿Con qué pruebas visibles contamos de que el reino de Cristo ha dificultado a los gobiernos gentiles su función de gobernar? Es un hecho que desde 1914 ninguno de estos gobiernos ni siquiera ha reconocido la autoridad sobre ellos del reino de Cristo. Pero lo más interesante es que esta doctrina no es de la autoría de la Watchtower, fue copiada de otros. Veamos su origen.

ORIGEN DE LA ENSEÑANZA

Hay que tener presente que a principios del siglo 19 en los Estados Unidos todavía permanecía una corriente del segundo despertar o reavivamiento que dio paso al surgimiento de sectas con creencias muy similares. Durante ese tiempo la creencia de la segunda venida de Cristo llegó a ser el tema principal de estos nuevos grupos religiosos. En 1830 el evangelista inglés John Nelson Darby postuló la creencia de un rapto secreto y un reinado milenario terrenal de Cristo después de su segunda venida. Así como que el Apocalipsis había que considerarlo profético. Muchas de estas ideas fueron adoptadas por las nuevas sectas que se iban formando, naturalmente eran modificadas de acuerdo al punto de vista de sus fundadores.

Pero siete años antes, en el 1823 otro inglés, el reverendo John Aquila Brown difundió el concepto de los siete tiempos de Daniel como un periodo de tiempo de 2.520 años. Esta idea apareció en su libro The Eventide (El atardecer) que hablaba sobre el reino restaurado de Israel. Según Brown, al analizar el capítulo cuatro de Daniel, interpretó que esos 7 tiempos podían ser 7 años proféticos con una duración de 2.520 años. Para llegar a esa cifra, él sencillamente duplicó los 1.260 días de Apocalipsis 12: 6,14 que desde los días del abad Joaquín de Fiore en la Edad Media se aplicaba generalmente a este pasaje de Daniel. Ellos usaban el registro bíblico de Números 14:34 y Ezequiel 4:6 para convertir los días en años. Para Brown los siete tiempos comenzaron en 604 a.E.C. hasta 1917, año en que según él volvería la gloria de Israel. Con la coincidencia de que Inglaterra liberó en ese año a Jerusalén del control turco se consideró su interpretación como una profecía.

Este concepto fue adoptado en 1875 por adventista Nelson Homer Barbour. Él asumió que los siete tiempos debían haber comenzado con la ascensión al trono de Nabucodonosor en el 606 a.E.C., esto es un año antes de la fecha de 605 a.E.C. reconocida por los historiadores. Para él los siete tiempos habían de terminar en 1914 con el fin del mundo.

Finalmente fue aceptada por Charles Taze Russell en 1876. Russell publicó su nueva adquisición doctrinal en el Bible Examiner editada por el adventista George Storrs donde mencionada que estos tiempos terminarían en 1914. Pero antes que Barbour y Russell otros habían señalado a 1914 como el fin de los siete tiempos de Daniel. Entre estos estuvo el teólogo Edward Bishop Elliott en 1844. El historiador inglés John Robert Seeley en 1849. Y el teólogo y ministro luterano Joseph Seiss en 1870.[7]

Es muy interesante que en el libro Venga tu reino  cap. 14 pág. 135 párr. 24 se mencione que los “siete tiempos de 2.520 días resultarían ser un espacio de tiempo de 2.520 “años civiles””. Este reconocimiento de la Watchtower de que los 2.520 días son años civiles, pone en graves aprietos esta pieza importante de la doctrina.

El duplicar los 1.260 días de Apocalipsis o cambiar los días por años puede ser una tarea fácil, aunque no tenga el apoyo de las Escrituras.  Pero hacer que “años proféticos” de 360 días cada uno transcurra en años civiles es imposible. La razón es que el año civil está basado en el año solar que consta de 365.25 días aproximadamente (365 días 5 horas y 48 minutos). Como vemos, entre el año profético y el año civil hay una diferencia de 5 días y cuarto por año. En el transcurso de los 2.520 años habría una diferencia total de 36 años. Por ejemplo: si convertimos los 2.520 años proféticos en años civiles —2.520 X 360 = 907.200 ÷ 365.25 = 2.484— los 2.520 años finalizarían en el año 1878. Si dejamos que los 2.520 años proféticos corran como años civiles tal como se muestra en el libro —2.520 X 365.25 = 920.430 ÷ 360 = 2.556— entonces terminarían en el año 1950. Sin importar el cálculo que usemos, la posibilidad de un cumplimiento en 1914 resulta imposible.

Los testigos de Jehová también tienen su propia interpretación de las palabras de Pablo en su carta a los Hebreos. Ellos aseguran, que cuando Cristo regresó al cielo después de su resurrección, no fue como Rey del gobierno de Dios. Él tenía que esperar sentado a la diestra de Dios como dice Pablo.

ESPERANDO SENTADO A LA DIESTRA DIOS

“Pero él, habiendo ofrecido un solo sacrificio por los pecados para siempre, se sentó a la diestra de Dios, 13  esperando de ahí en adelante hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies” (Heb 10:12, 13 LBLA).

Pablo toma esta cita del Salmo 110:1 donde David proféticamente había dicho: Jehová le declaró a mi Señor: “Siéntate a mi derecha hasta que ponga a tus enemigos como banquillo para tus pies”.  Para los testigos de Jehová esta espera tendría que ser hasta que terminaran los tiempos de los gentiles en 1914, sería entonces cuando Cristo comenzaría a reinar.[8] Pero esa interpretación es refutada una y otra vez por el mismo apóstol Pablo.

Por ejemplo, al escribir a la congregación de Corinto, Pablo vuelve a citar del Salmo 110:1, pero sustituye el término “sentarse” usado en su carta a los Hebreos por “reinar”. En 1 Corintios 15:25 LBLA él escribe: “Pues Cristo debe reinar hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies”. Es patente que para Pablo, el sentarse Cristo a la diestra de Dios era para reinar. El que alguien llegaba a ser rey al sentarse en un trono no era desconocido para Pablo. En el Antiguo Testamento  se  utiliza con mucha frecuencia esa expresión en ese sentido. Por ejemplo, en Israel los reyes antes de morir, solían nombrar cuál de sus hijos había de sentarse en el trono después de él. El que llegaba a sentarse en el trono significaba que era el nuevo rey (1 Rey 1:13, 17, 20, 24, 27, 35, 46, 48; 2:4, 12, 19, 24; 16:11; Sal 132:12; Jer 22:30).

En el caso de Cristo, él había confirmado que había nacido para ser rey (Jn 18:37). Y al parecer ha había sido nombrado antes de ascender al cielo. Justo en ese momento le dijo a sus discípulos las palabras que se encuentran en Mateo 28:18:  “…Se me ha dado toda la autoridad en el cielo y en la tierra”. Esto indica claramente que comenzaría a reinar justo al sentarse a la diestra de Dios. No habría razón para esperar más de 1900 años en el futuro. De forma que la espera sentado en la derecha del trono, solo podía significar que era en el sentido de ver el resultado final de su victoria sobre sus enemigos.

Las Escrituras cuenta con otras pruebas que testifican con el reinado temprano de Cristo. Entra estas, tenemos la proporción de la autoridad Cristo descrita por Pablo en 1 Corintios 15:27 cuando dice: “Porque Dios “sometió todas las cosas bajo sus pies”. Pero, cuando él dice que todas las cosas han sido sometidas, es evidente que esto no incluye a aquel que sometió a él todas las cosas”. Esto significa que Dios no dejó nada que no estuviera sujeto a su hijo, excepto  Dios mismo. Note que Pablo no dijo que Dios sometería, –hablando de un futuro– sino que sometió –algo ya realizado– todas las cosas.

Pero en Efesios 1:19-23 Pablo presenta una percepción más amplia del poder de Cristo después de su resurrección. Dice él, que Dios usó la extraordinaria grandeza de su poder al resucitar a Jesús, sentarlo a su diestra muy por encima de todo gobierno, autoridad, poder y dominio y de todo nombre que pueda mencionarse. Y al mismo tiempo lo hace cabeza, es decir le da la máxima autoridad sobre todas las cosas relacionadas con la congregación.

Estas palabras rechazan toda idea de dos reinos de Cristo como enseña la Watchtower. Uno en el 33 E.C sobre sus discípulos y otro como gobernante del mundo en 1914.[9] En Filipenses 2:9-11 Pablo repite la posición encumbrada de Jesús al declarar que le fue dado un nombre por encima de todo otro nombre. Pero ahora menciona que toda rodilla sea en el cielo o la tierra debe doblarse ante él. Y a los colosenses les escribió que Cristo ya era cabeza de todo gobierno y autoridad (Col 2:10). El apóstol Pedro también reconoció la posición encumbrada de Cristo al escribir: “Él está a la derecha de Dios, porque fue al cielo, y ángeles, autoridades y poderes fueron sometidos a él (1 Ped 3:22).

Mencionaré aun otra prueba bíblica que cuenta con el apoyo de la Watchtower. Esta es una escena donde dan muerte al discípulo Esteban, aparece en Hechos 7:55, 56 que narra lo siguiente: “Pero él, lleno de espíritu santo, miró al cielo y vio la gloria de Dios y a Jesús de pie a la derecha de Dios, 56 y dijo: “¡Miren! Veo los cielos abiertos y al Hijo del Hombre de pie a la derecha de Dios”. Esteban ve a Jesús de pie, ¿Qué puede significar el que Jesús esté de pie?

Tenemos una buena explicación en la Atalaya del 15 de junio de 1979 pág. 31, donde dice lo siguiente: “En varias ocasiones el libro de Daniel utiliza la acción de ‘ponerse de pie’ para describir el que alguien adquiera autoridad o poder. Por ejemplo, una profecía acerca de que Alejandro Magno asumiría autoridad dice: “Un rey poderoso ciertamente se pondrá de pie y gobernará con dominio extenso y hará según su voluntad.” (Dan. 11:3; compare con Daniel 11:7; 8:22, 23.) De manera que Esteban vio a Jesucristo en su posición real. Todavía nos queda por considerar sobre los enemigos de Cristo bajo sus pies.

LOS ENEMIGOS BAJO SUS PIES

El pasaje bíblico más descriptivo de los enemigos de Cristo está en 1 Corintios 15:24-26 NVI que dice: “Entonces vendrá el fin, cuando él entregue el reino a Dios el Padre, luego de destruir todo dominio, autoridad y poder. 25 Porque es necesario que Cristo reine hasta poner a todos sus enemigos debajo de sus pies. 26 El último enemigo que será destruido es la muerte”. ¿Quiénes son estos enemigos? Pablo no lo dice con excepción de la muerte.

Es interesante en la manera que el diccionario Larousse 2009 define dominio. Dice que dominio significa supremacía en  cuanto al poder, la autoridad, la fuerza, etc. que se tiene sobre algo o alguien. Esto sugiere que cuando Pablo habla de destruir todo dominio, autoridad y poder está refiriéndose a un mismo enemigo.

Para los testigos de Jehová estos enemigos son las naciones de la tierra. La bestia salvaje y los reyes de la tierra y sus ejércitos’, así como el “falso profeta.[10] Y interpretan que el reino sería entregado por Cristo a su Padre al final del milenio.[11] Hay comentaristas bíblicos que consideran que estos enemigos fueron los escribas y fariseos. Y hay quienes creen que son todos los que rechazan a Cristo. Aunque ciertamente todos estos pudieran ser señalados como enemigos de Jesús, no parece que Pablo se refería a ninguno de estos. En el Nuevo Testamento no encontramos indicio de que las expresiones de Pablo aludieran a enemigos terrenales con excepción de la muerte. Tampoco parece verse alguna justificación para destruir a los habitantes de la tierra.[12] Al contrario, él dijo que no vino para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo (Jn 12:47). Menos aún encontramos en las Escrituras Cristianas, que la provisión de salvación concluya con un fin del mundo (Jn 3:15, 16, 36; 8:51; Rom 1:16). Tampoco  hay evidencia en los escritos cristianos de una entrega del reino por parte de Cristo al final de algún milenio.

Pero si encontramos varios pasajes, donde se indica con claridad, que estos enemigos se encuentran en el ámbito celestial. Por ejemplo, en Efesios 3:10, Pablo usa los mismos términos que en su carta a los Corintios cuando dice: Esto sucedió para que ahora los gobiernos y las autoridades que están en los lugares celestiales conozcan mediante la congregación la sabiduría de Dios en sus múltiples formas. ¿Qué son estos gobiernos y autoridades celestiales? Al parecer los comentaristas bíblicos y los testigos de Jehová coinciden en señalar que son los ángeles de Dios.[13] Pero tal idea choca con el hecho de que nunca se presenta en la Biblia a los ángeles como gobiernos y autoridades. Más bien se les identifica como ministros o servidores (Mat 4:11;13:39-41).

Felizmente Pablo no deja a nuestra interpretación quiénes son estas autoridades celestiales. En Efesios 6:12 él las describe de esta manera: “porque tenemos una lucha, no contra sangre y carne, sino contra los gobiernos, contra las autoridades, contra los gobernantes mundiales de esta oscuridad, contra las fuerzas espirituales inicuas en los lugares celestiales”. Es obvio que  Pablo está refiriéndose a Satanás y sus demonios. El dominio malvado de Satanás sobre las vidas de la humanidad es ejercido en la oscuridad (Hech 26:18; 2 Cor 4:3,4; Efe 2:2; Col 1:13). Estos junto con la muerte, deben ser los enemigos de Cristo a destruir que menciona la carta a los corintios.

Volvamos a leer 1 Corintios 15, pero esta vez leamos desde el versículo 22 hasta el 26 de la Traducción del Nuevo Mundo. Observemos que hay un orden en los acontecimientos que concluye con las destrucción del último enemigo, la muerte. Dice: «Porque, así como en Adán todos están muriendo, así también en el Cristo todos recibirán vida. 23 Pero cada uno en su debido orden: Cristo como primicias, y después los que le pertenecen al Cristo durante su presencia. 24 Luego, el fin, cuando él le entregue el Reino a su Dios y Padre, cuando haya destruido todo gobierno y toda autoridad y poder. 25 Porque él tiene que reinar hasta que Dios haya puesto a todos los enemigos debajo de sus pies. 26 Y el último enemigo, la muerte, será destruido».

Podemos darnos cuenta de que la destrucción de estos enemigos está precedida por la resurrección de Cristo. Después él resucitaría a los que ya habían muerto. (Esta posiblemente aconteció un tiempo después de estar en el cielo).[14] Continua con la destrucción de todo gobierno y autoridad y poder. Y finalmente el último enemigo, la muerte, es destruido. Pero surge la pregunta, ¿Cuándo son destruidos?

DESTRUCCIÓN DE LOS ENEMIGOS DE CRISTO

En la carta a los Colosenses capítulo dos, Pablo les explica que la salvación se debe a tres pasos. El (1) aceptar a Cristo, (2) permanecer en unión con él y (3) el perdón de sus pecados. Ahora leamos en Colosenses 2:15 el resultado de estos pasos. Dice: “Por medio de esto, desnudó por completo a los gobiernos y a las autoridades y los exhibió en público derrotados llevándolos en un desfile triunfal”.

Desnudo entendemos que a menudo se refiere al estado de no llevar ropa alguna (Job 1:21; Ecl 5:15). Se debe observar que la Traducción del Nuevo Mundo vierte el texto como estando “desnudo completamente”. Otras traducciones usan el verbo despojar, que significa quitar o remover todo lo que una persona tiene. Por ejemplo la traducción Dios Habla Hoy traduce este texto de una manera más comprensible al decir” “Dios despojó de su poder a los seres espirituales que tienen potencia y autoridad, y por medio de Cristo los humilló públicamente llevándolos como prisioneros en su desfile victorioso”. El hecho de que los haya exhibido públicamente, confirma que no fueron destruidos. Pero si fueron despojados de su autoridad o poder para hacer daño a los creyentes.

Sin embargo no podemos negar que la influencia perniciosa del Diablo es evidente hasta nuestro día, y la muerte nos llega a todos. Entonces, ¿Qué significa el que se le haya quitado su poder? Por mucho, la muerte ha sido el acontecimiento más temido por la humanidad, no es de extrañar que la Biblia lo identifique como un enemigo. Pablo nos dice que la muerte es la consecuencia del pecado (Rom 5:12). De modo que si se elimina el pecado se acaba la muerte. Esto se explica en Hebreos 2:14,15, hablando de Cristo, dice: “Puesto que los hijos están en comunión de sangre y carne, él también igualmente participó de las mismas para que por la muerte hiciese impotente al que tiene el poder de la muerte, esto es, al diablo 15 y librase a todos estos que por miedo de la muerte estaban durante toda la vida en esclavitud”. (Nuevo Testamento de Pablo Besson ed. 1948).

Cristo como humano estaba sujeto a la muerte, claramente no por causa del pecado, porque no era pecador. Era necesario  que muriera para librarnos de nuestros pecados (1 Ped 2:24). Pero cuando Dios lo levantó de entre los muertos y lo sentó a su derecha, no solo le dio toda autoridad, también lo puso por encima de todo gobierno, autoridad y poder (Efe 1:20, 21). Posiblemente ese fue el tiempo en que Cristo despojó al Diablo de su poder de causar la muerte permanente. El hecho de no pudo impedir su resurrección y de los que pertenecen a Cristo es prueba que fue derrotado (1 Cor 15:22, 23).

A eso se refirió Jesús cuando dijo en Juan 11:25,26 “Yo soy la resurrección y la vida. El que ejerce fe en mí, aunque muera, llegará a vivir; y todo el que vive y ejerce fe en mí no morirá jamás”. Pablo hizo una descripción de la destrucción de la muerte cuando dijo: “¡Miren! Les digo un secreto sagrado: no todos nos dormiremos en la muerte, pero todos seremos cambiados 52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, durante el toque de la última trompeta. Porque la trompeta sonará y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos cambiados. 53 Porque esto que es corruptible tiene que vestirse de incorrupción, y esto que es mortal tiene que vestirse de inmortalidad. 54 Pero, cuando esto que es corruptible se vista de incorrupción y esto que es mortal se vista de inmortalidad, entonces se cumplirá lo que está escrito: “La muerte es eliminada para siempre”. 55 “Muerte, ¿dónde está tu victoria? Muerte, ¿dónde está tu aguijón?”. 56 El aguijón que produce muerte es el pecado, y el poder del pecado es la Ley. 57 ¡Pero le damos gracias a Dios porque él nos da la victoria mediante nuestro Señor Jesucristo!” (1 Cor 15:51-57). En 2 Timoteo 1:10 se declara como un hecho lo siguiente: “pero ahora se ha hecho claramente patente mediante la manifestación de nuestro Salvador, Cristo Jesús, que ha abolido la muerte, pero ha arrojado luz sobre la vida y la incorrupción mediante las buenas nuevas”. El causante de la muerte ya había sido juzgado y echado fuera para ese tiempo (Jn 12:31; 16:11).

RESUMEN

Las enseñanza de los testigos de Jehová con relación al reinado de Cristo en 1914, tuvo que ser cambiada y disfrazada con el tiempo al resultar ser falsa. Fue la adopción de una mala interpretación de John A Brown. El sueño de Daniel capítulo cuatro solo puede tomarse como un suceso histórico y no como una profecía. De forma, que los siete tiempos carece de toda credibilidad al igual que la duración de los tiempos de los gentiles. El Jesús sentarse a la derecha del trono de su Padre en su exaltación fue en calidad de rey. Y todas las pruebas contextuales en las Escrituras,  apunta a que los enemigos de Cristo al Diablo y a su poder de causar la muerte. Situación que fue resuelta poco después de la ascensión de Jesús al cielo.

NOTAS

[1] La idea de que 1878 era un año significativo parecía reafirmarse en las palabras de Jeremías 16:18 (‘el doble de Jacob’, Reina Valera) y en los cálculos que indicaban que aparentemente habían transcurrido 1.845 años desde la muerte de Jacob hasta 33 E.C., año en que el Israel natural fue rechazado, y que el doble de esa cantidad abarcaría hasta 1878.

[2] Libro Proclamadores

[3] A los finales de los años 60 y 70 estuve dando un discurso público titulado: “Asombroso cumplimiento de una profecía en lecho de muerte”.  El bosquejo era de 1962. Este discurso estaba basado en Génesis capítulo 49 donde Jacob bendice a sus hijos. Se aseguraba en el bosquejo, que cada una de aquellas bendiciones tenía tres cumplimientos. El literal en cada tribu, otro en el primer siglo y un tercero en nuestros días.

[4] Los historiadores coinciden que Nabucodonosor II, ascendió al trono de Babilonia entre el 605-604 a.E.C. Nabucodonosor comenzó a gobernar después de la muerte de su padre Nabopolasar en agosto del 605 a.E.C. También la mayoría de ellos están de acuerdo que la fecha de la destrucción de Jerusalén oscila entre el 587-586 a.E.C. (VAT 4956) –Vea Jer 52:12-14; 2 Rey 25:8-10.

[5] (Atalaya 1 de agosto de 1994 pág. 31 Preguntas de los lectores)

[6] ¿Es esta vida todo cuanto hay? cap. 18 págs. 159-160

[7] Los escritos de paremiología De Seiss, fueron aceptados ampliamente por Russell como la “Biblia en piedra”. Vea Russell y la Gran Pirámide.

[8] Atalaya 1/9/66 pág. 518; Usted puede vivir para siempre … cap. 16 págs. 136-137 párr. 8.

[9] Atalaya 1/8/1978 pág. 8 párrs. 17-18

[10] Perspicacia-1 pág. 812.

[11] Perspicacia-2 pág. 820 Reino de Dios.

[12] Las siguientes citas son usadas por los testigos de Jehová como pruebas de un conflicto final entre Dios y las naciones (Apo 16: 1, 14, 16; 17:13,14; 19:17-21). Sin embargo, por tratarse de un libro lleno de simbolismo, no puede considerarse como objetivo, más bien su contenido siempre ha estado sujeto a las erráticas interpretaciones humanas.

[13] Atalaya 1 noviembre de 2007 w07 1/11 pág. 29 párr. 9

[14] ¿Qué enseña la Biblia sobre la resurrección de los muertos?

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